domingo, 14 de septiembre de 2014

Propiedades del Hormigón


 PROPIEDADES DEL HORMIGÓN
El hormigón es una mezcla homogénea de pasta y materiales inertes que tiene la
propiedad de endurecer con el tiempo adquiriendo su resistencia de trabajo a la
edad de 28 días.

La pasta es una combinación de cemento y agua, en determinadas proporciones,
en la que se produce una reacción química que libera calor en el proceso de
mezclado e incorpora aire naturalmente (en una proporción del 1 al 2 %). Esta
pasta constituye el material ligantes.

Los materiales inertes se agregan a la pasta por
una cuestión de economía al tener similar resistencia
a la del material endurecido, procurando que su
volumen sea el mayor posible y su conformación lo
suficientemente variada como para que no queden
huecos sin llenar por la pasta y que ésta los recubra
perfectamente.
El proceso de endurecimiento del hormigón
comienza luego del mezclado en el cual se produce el inicio de la reaccion
química al ponerse el cemento en contacto con el agua. Esta reacción química
persiste mientras haya existencia de agua o humedad en la mezcla y necesita
para producirse un mínimo de un 20% de agua en relación a la cantidad de
cemento empleada, medidas en peso, aunque esta proporción dé lugar a un
producto muy poco moldeable, necesitando de agua adicional.
Esta adición de agua, no necesaria para que se produzca la reacción química, sí
lo es para asegurarnos la trabajabilidad de la mezcla fresca, lo que conduce a un
eficaz llenado de los moldes sin que se produzcan huecos, pero tiene el doble
inconveniente de que reduce proporcionalmente la resistencia final del hormigón y
que su evaporación por secado da origen a la aparición de conductos capilares
que van desde la masa del hormigón hasta su superficie y que, finalmente,
quedan vacíos. A través de estos conductos, en un proceso inverso, puede
colarse la humedad y producir la corrosión de las armaduras, disminuyendo la
durabilidad del material.

Para lograr la homogeneidad del material es necesario contar con una
dosificación adecuada, tanto de los materiales ligantes como de los inertes, con
una suficiente cantidad de agua como para que la mezcla resulte trabajable y sin
un exceso que le haga perder demasiada resistencia. El tiempo de mezclado debe
ser suficiente (90 segundos) porque un exceso provocaría la segregación de los
materiales y un defecto podría provocar que la pasta no recubriera los áridos en
su totalidad.
El transporte del material desde su elaboración hasta su colado debe ser el
mínimo como para que la mezcla pueda moldearse sin haber empezado a
endurecerse.
Debe controlarse la altura desde la cual se vuelca la mezcla en los moldes para
evitar la segregación del material por gravedad.
El tamaño máximo del agregado debe verificar que sea menor que la separación
entre barras de la armadura y permita el libre escurrimiento de la mezcla entre
ellas y un perfecto llenado de los moldes. Por el mismo motivo, la esbeltez de las
estructuras no debe ser excesiva.
El contenido de cemento por metro cúbico de pasta cementicia alcanza a 1600 kg

(usando en su composición únicamente cemento). Con los agregados inertes
esta proporción se disminuye a valores que oscilan entre los 300 y 400 kg de
cemento por metro cúbico de hormigón. A esta ventaja se le suma el hecho de
que se disminuye el calor del fragüe y en consecuencia se disminuye la dilatación
del hormigón que conlleva la formación de grietas que afectan su durabilidad.
Los materiales inertes utilizados en el hormigón son las arenas, gruesas y finas,
que constituyen el agregado fino y la piedra partida o canto rodado, que
constituyen el agregado grueso, en tamaños lo suficientemente variados. Estos
materiales deben ser verdaderamente inertes y no contener partículas de sales
minerales u otras sustancias que puedan resultar perjudiciales para el hormigón.


 

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